Otegi (Lasarte): Feb. 23, 2013

Visitamos a Otegi después de un porrón de años, a la hora de comer, y volvemos a una sidrería 14 horas despues de salir de la anterior. Si, estamos locos.

Asistentes: Nesss y Edu

Previo

Otra sidrería mano a mano. Antes de ir a comer a Otegi, es de destacar que la víspera fuimos a cenar a Artola; de alguna manera habrá que celebrar el X aniversario de cuando nos volvimos funcionarios y el XX aniversario de las Kupelas Asesinas!! Había alerta naranja por nevadas hasta el nivel del mar. Sobre las 13:20 salimos andando de Hernani a Otegi por carretera haciendo fotos en Alberro y Elutxeta. Una hora aproximada de caminar por la andanada de hondonadas y andar diciendo pareados estilo Gloria Fuertes, como en nuestra juventud. En un momento incluso tenemos sol y nieve a la vez. Edu se queja de las zapatillas escogidas. Tras cruzarnos con un rebaño de ovejas, y el perro pastor de patas negras (y visto el olor, no era de barro), llegamos a Otegi sobre las 14:10.

Sidrería

Caserío clásico con una zona para las vacas pastantes y dos edificios para la sidrería. En uno de ellos estaban las cuadrillas grandes de jóvenes y tres kupelas altas grandes (sólo una con sidra, las otras vacías), y en nuestro lado los grupos pequeños, incluyendo familias con niños, y seis kupelas de madera clásicas (una de ellas vacía y otra abierta con grifo). Bueno, al final las crias permitieron que en nuestro edificio bajara la media de edad, aunque una de ellas casi se nos mata al apoyarse contra un banco (mueble éste que por cierto tampoco usamos esta vez). No nos acordábamos de la sidrería, pero sí del kashero; aunque pensábamos que era por algún Sagardo Eguna de Donostia, él mismo nos confirmó que no, cuando más tarde Edu se lo preguntó.

Como sólo había una kupela abierta (y aún así la sidra estaba rica) y no se animaban a hacer txotx aún (acababan de abrir a las 14:00), no nos importó que nos sacaran la comida. Una tortilla de bakalao muy amarilla, con sabor y gran contenido de bakalao (y sus correspondientes espinas), dos tajadas de bakalao blanquito justo hechas y con unas tiras de pimiento verdes, y un txuletón gigante para dos (que tuvimos que mandar recalentar porque con los txotxes posteriores y la temperatura ambiente rozando el cero se nos enfriaba rápido). De postre, un triangulo de queso para cada uno (escaso), membrillo, y nueces. Total, 60,61 euros lo de los dos.

Enseguida vino el kashero joven y barbudo y comenzaron los txotxes, y la verdad, acabamos probando todas. Nesss consigue la pole los cinco primeros txotxes con Edu en el segundo puesto en todos ellos. Luego dejábamos que el resto lo intentase, pero debido a lo lento que llegaba siempre el tercero hacía que se desperdiciara la sidra o que repitiéramos tragos nosotros y/o que el barbas pusiera caras de desesperación con la parsimonia de la peña. La cuadrilla de las txartelas "Txotx final los días 22, 23 y 24 de febrero" no nos dieron la sensación de saber muy bien lo que llevaban colgando del cuello, salvo el grandecito. Debíamos de ir muy ansiosos porque uno de nuestra sala le dijo a Edu que se nos iba a enfriar la txuleta para que dejaramos de beber, pero el truco no funcionó ("Ya la calentaremos", respondió Edu... y así lo hicimos). Algunas kupelas nos gustaron menos que la que estaba abierta de continuo. El mayorcete de la mesa de al lado, el mismo que alejaba el vaso de la kupela durante los txotxes, nos invita a sentarnos pero Edu, indicándole que llegábamos los primeros a los txotxes, le dijo si entendía entonces porqué era mejor no sentarse.

Decididamente, coincidimos en que para comer en sidreria hasta las trancas es mejor ir sólo dos: tras preguntarle a la camarera si nuestra chuleta para dos era igual que la para tres o para cuatro (porque lo parecían a simple vista) nos indica que la nuestra era de "solamente" 1100 gramos, y la de cuatro de 1400; calcule usted mismo a cuanto toca en cada caso. Fotos a la parrilla, la cocina, y a Edu mientras acariciaba la tripa del perro vicioson. Charleta final con Otegi, su hijo, la camarera, y sobre todo con los tres de la mesa de al lado sobre distintos aspectos regionales. Debíamos estar chisposos porque no somos de tanto hablar.

Epílogo

Al salir de la sidrería sobre las 17:00 vemos que nieva que se mata. A pesar de que los pies de alguno estaban de aquella manera, decidimos no volver andando a Hernani (eso ya sería vicio) pero sí ir a Lasarte para coger un bus. Tras la bajada arf-arf (esto tiene que costar subir), cuando íbamos a tomar algún trago en Lasarte, Nesss se da cuenta que aún podíamos coger el bus de las 17:15 de Usurbil. En Hernani bajamos en Zinkoenea y tomamos un kali en el Gunea (kantxa de Nesss al pedir un kalimotxo en dos vasos, al no haber kalimotxo txiki). Tras hacer un Edu (pagar al irnos), compramos en Eroski para cenar ensalada por la noche, que no apetece mucho ir de marcha: ya se ve el ambiente sabatino-sidrero en Hernani. Volvemos bajo la nieve a casa donde acabamos durmiendo antes de lo previsto y sólo cenamos panteras rosas, y a la ensalada le dieron por culo. Mucho desgaste en estos dos dias.

Al día siguiente, después de dormir alguno unas diez horas en dos tiempos, como a esas alturas ya nos daba asco todo lo referente a la comida de sidrería, decidimos cambiar de menu y comer algo más ligero, así que nos vamos a Donosti y nos metemos una ensalada muy rica... y un super codillo gigante en el Aitona con festival de patatas fritas, todo ello regado con sidra Zapiain, y postre cuajada. No quedo nada pero quedamos henchidos. Menudo finde de comidita ligera.